martes, 13 de marzo de 2012

derechos humanos






BREVE REFLEXIÓN SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS… ESOS QUE TÚ DISFRUTAS (Y QUE NO AGRADECES) Y QUE OTROS NO PUEDEN SINO SOÑAR…


Es un sentimiento de todos,  el amor hacia los demás: dales tu mano y ayúdales a caminar, enséñales a vivir sin tener que estar atado a nadie, respetándonos todos, tratándonos de igual a igual. Aprendiendo a vivir todos de la mano como hermanos,  siendo amigos, todos respetados;  que nadie te tenga que hacer callar, tú tienes tu libertad,  no debes sentirte inferior a los demás por el sexo,  la raza o la edad. Eres libre de pensar lo que tú quieras, eres libre de ataduras, libre de maltrato, libre de opresión, de falta de expresión, libre para poder soñar. Ojalá todos pudieran soñar, soñar que no hay guerras, ni hambre, ni pobreza. Soñar que el mundo algún día llegará a cambiar, que pueda ser lo que tú quieras. Siéntete libre como los pájaros que vuelan por el cielo, piensa que todo tu dolor algún día se acabará, que no volverá a haber opresión, que pueden llegar a latir dos corazones como uno solo sin miedo, sin la duda de qué te harán pasar mañana. Siéntete afortunado de tu familia, de tus amigos, de la suerte que has tenido de haber nacido en un lugar así, un lugar tan perfecto. Pero piensa también en los niños-soldado que mueren cada día, los niños que caen desfallecidos en África por no tener nada que comer o personas que pasan hambre, miseria, soledad... por no tener a nadie a su lado que los ayude.
Y ahora fíjate bien; mírate al espejo, mira todas las cosas que tienes y contesta sinceramente: ¿cuántas de ellas te hacen falta? Si enfermas puedes estar tranquilo, que te curarás; sin embargo, no todos tienen la misma suerte, hay gente que por un simple constipado puede llegar a rozar la muerte. Piensa en tus estudios, cuántos libros y libretas que tienes para leer, estudiar, escribir... TÚ, AFORTUNADO, que muchas veces no quieres nada de ello y otras personas darían lo que fuera por simplemente aprender a leer o a escribir.
Ahora vuelve a mirarte en el espejo, piensa todo lo que podrías llegar a hacer por los demás y sin embargo nunca lo haces... intenta recapacitar darte la vuelta y poder gritar al cielo que fuiste tú ese grano de arena, esa oportunidad de la que muchos carecen, y siéntete bien siente que con muy poco puedes hacer mucho.






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